viernes, 31 de diciembre de 2010

Esperar


Wait! Wait! Wait!
Esperando que alguien
Llame para hablarte de algo,
Esperando que alguien haga algo....
Lo único que haces
Es esperar que pase algo
Pero no haces nada, nada mas que.....
Esperar es esperar,
Esperar desesperar....
Esperando que alguien llame
O haga algo que te ayude
A que alguien venga y te hable
Y que te entienda.
Lo único que haces
Es esperar que pase algo
Pero no haces nada, nada mas que.....
Esperar es esperar,
Esperar desesperar....
Nunca dije que te quise
Pero te quise mentir
Diciéndote algo bueno
Que te duela, que te duela.
Nunca dije que te quise
Pero te quise mentir
Diciéndote algo bueno
Que te duela, que te duela.
Esperar es esperar,
Esperar desesperar....
Esperando que alguien
Llame para hablarte de algo,
Esperando que alguien haga algo....
Lo único que haces
Es esperar que pase algo
Pero no haces nada, nada mas que.....
Esperar es esperar,
Esperar desesperar....
Wait! Wait! Wait!

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Quiero pasarla bien

Resulta que el 15 de noviembre me agarró hipoacusia súbita. ¿Qué es eso? Perdí completamente la audición del oído izquierdo. Según el otorrino por stress. Seis horas más tarde me agarró síndrome vertiginoso. Una verdadera mierda. De martes a viernes obligándome a comer un poquitín para tomar la deltisona, la ronistina, el taural, el alplax y la pastilla anticonceptiva por el fibroma que venía de antes. Y vomitando hasta el agua, claro. Después empecé a comer pero no podía moverme. Una semana más y ya caminaba como una viejita por la calle, agarrada del brazo de alguien, toda contracturada, flaquísima y con miedos terribles porque escuchaba de un lado solo y si movía la cabeza me mareaba. Una semana más y ya estaba físicamente repuesta, sin contracturas casi, con 48 kilos, un lujo... entonces me di cuenta de que tenía fobia, horror a quedarme sola, horror a salir, que estaba demasiado nerviosa -los corticoides ayudaban- y quería hacer todo junto, me cortaba los dedos por cortar un tomate y ponía a lavar la cajita de cartón con saquitos de té. Y tuve miedo, mucho miedo, y empecé a hacer los trámites en la obra social para hacer terapia.
Fui entendiendo, entre martes y viernes de la semana pasada, que el haber perdido el oído, además de producirme pérdida del equilibrio y vértigo, me hacía sentir insegura y frágil, así como todo ese choque emocional que había vivido, sentir que no podía ni comer ni escuchar un cuento para chicos -claro que era ruso y es casi imposible de seguir para un chico argentino, y yo tenía la mente de una nena en ese momento-, sentir que el cuerpo estaba mejor pero darme cuenta de que todo había sido psíquico y/o psicológico, enterarme de que sí había sido stress y lo mejor que puedo hacer ahora es estar tranquila, en lugares sin ruido, con mi música, lejos de gente traumatizada y que sin querer me transmite sus propios impulsos nerviosos, además de que me hace discutir...
En fin, recuperé un poquitín del oído ya. Según el doctor, una paciente de él empezó a escuchar dos meses después de haber tomado los corticoides, así que corro con ventaja: los ruidos graves, los camiones, me matan de nervios porque tengo el oído muy sensible, pero a la vez eso significa que los escucho... "pasé" la prueba de los diapasones y este viernes tengo otra audiometría. Creo que no cambiaron mucho las cosas del martes de la semana pasada a hoy (miércoles)... pero sé que no tengo que desesperanzarme.
La cuestión es que me pudrí de algunas cosas, al menos por ahora. Me pudrí, sobre todo, de que no me crean, de que no me entiendan. Al principio me asustaba y me ponía mal... el médico laboral no me creía? la escuela? mi esposo no me creía, él, que me acompañaba a cada rato, me decía que yo era la que decidía no querer quedarme sola pero él quería tener su vida, porque...
Mi vieja sí. Mi viejo también. Me creen y me cuidan. Mi esposo también, pero a veces, cuando es capaz de dejar su neurosis de lado, cuando hace rato que descansa solo y vuelve a verme. Pero todavía no entiende que si viajé sola, escuché ruidos terribles de bocinazos en el centro -amén del movimiento del colectivo-, esperé el colectivo 20 minutos sola en una avenida sabiendo que no escuchaba lo que pasaba atrás, no pudiendo mover mucho la cabeza porque me mareo y con un bolsote que llevaba porque pensaba que, como siempre, el colectivo no iba a tardar más de cinco minutitos, me tuve que bajar antes y esperarlo varios minutos justo frente al puesto de diarios donde habían querido asaltarnos alguna noche, porque se había ido a la parada de otro colectivo a esperarme... en fin, sé que es un trabajo mental mío... pero necesito compañía, no críticas, no discusiones, sí charla, mucha charla... pero lo que menos necesito en este momento es que me dejen sola o estar en lugares en los que no quiero estar.
Quiero pasarla bien. Estoy lográndolo bastante, me gusta el libro de meditación, me gustan los ejercicios que estoy haciendo, me gusta ir a pasear y comprar por la calle San Martín en Avellaneda, me gusta pasear con amigos, me gusta tomar helado, me gusta recostarme cuando se me canta o cuando estoy mal, me gusta haberme animado a leer de nuevo, me gusta escuchar música, ver las fotos de los bebés de mis amigas, sentir el olor de las flores, verlas, jugar con los gatos, oler prefumes, probar cómo me queda la ropa ahora con cuatro quilos menos de los que tenía antes -sí, ya tengo 50 kilos... en realidad no están tan mal, pero por ahí 52 es mejor-, me gusta bañarme, me gusta usar la computadora cuando quiero, salir cuando quiero, ir por lugares con pocos colectivos, con mucha luz o mucha sombrita de árboles, sentir que me bronceo o que la brisa me lava la cara...
Siento que por alguna razón renací, me dieron la oportunidad. Quiero seguir haciendo las cosas que me gustan... cuando pueda volver a un estado beta me va a gustar mucho volver a estudiar, siempre me gustó estudiar y extraño mucho mover mi cerebrito... también me va a seguir gustando salir a pasear los sábados temprano por la mañana para sentir el solcito y el vientito que solamente se sienten en ese momento... tal vez el domingo, si no está muy peligroso... y me va a gustar mucho hacerlo sola, y no obligar a alguien que lo va a hacer con su sonrisa falsa y su irritación por cosas que no son. Va a seguir gustándome sentarme en plazas o parques si están en el camino o si tengo un rato para desviarme por ejemplo entre escuelas -gracias, Parque Rivadiavia-... y la música, y cantar, van a seguir gustándome, pueda escuchar o no. No sé bailar... ahora se me torna más difícil porque pierdo el equilibrio fácilmente y sé que es una cuestión física además de psicológica... pero sí moverme, al menos sin girar, mover mi cuerpo y sentirlo, y verlo en el espejo... por ahí hacer gimnasia, si no puedo bailar...
Ahora puedo, estoy en vacaciones forzadas... lamentablemente no es así para mis amigos, así que no puedo contar con ellos tanto como me gustaría... pero poco a poco voy saliendo de mis fobias -que son muy fuertes cuando me siento débil y aturdida-, voy pudieondo moverme sola... tengo compañía también en mi nueva psicóloga -que llegó una hora tarde la primera sesión, pero no por eso dejó de serme útil-...
Quiero aceptarme y ser aceptada como soy. Y si a otro no le sale entender, que se cague... salvo que me interese mucho, entonces voy a tratar de que entienda. Pero ya no más con llantos de una hora que me dejan aturdidísima y agotada, no... ahora me cuido. Me quiero. Si no entiende, ya entenderá. Por carta, por mail, por una discusión madura, porque le digo mi punto de vista y me voy a pasear... pero ya no quiero aguantar cosas que sé que en este momento me hacen mal. NO SOY OMNIPOTENTE, SOY FUERTE, NO SOY INVENCIBLE NI INMORTAL. Me agarran hipoacusias súbitas por stress. Y sí, mi mamá me sigue haciendo compañía cuando lo necesita... es la única que sabe cuándo necesito que me den la mano mientras caminamos.