Yyyyy... me hice un blog.
Un poco porque estoy aburrida, con anginas, sin poder salir. Pero un mucho porque hace rato que quiero tener un rinconete -sí, otro más- a partir del cual compartir las rayuelas que voy encontrando por el camino... y tal vez, por qué no, las que voy creando. Sí, creo que creo, después de treinta años de vida. Bueno, en realidad este espacio es justamente un intento de obligarme a creer que creo. Por ahora vengo acompañada por dos amores literarios que me acompañaron ya creo que siempre: Julio Cortázar y Miguel de Cervantes. Si no los conocen, viajen hacia ellos, que valen la pena.
Después de haber inaugurado esta ventanita desde la cual voy a poder chusmear con mayor frecuencia cuándo y cómo actualizan ustedes, me despido un poquitito. Así: ¡hola, y hasta prontito!
No sé si se trata de creer que creás, sino más bien de crear. Crear, y nada más. Simple y complejo a la vez. Creer que creás es, a la vez, crear algo.
ResponderEliminar¡Que tengas un feliz comienzo de blog! Tregua catala espera.